Aparentemente es un tema frívolo pero cuando pasa a ser un problema de vida deja de ser superfluo. Involucra la salud, la autoestima y la forma de relacionarse con el mundo. Lo importante para solucionar el problema de raíz es encontrar la causa profunda por la cual el sobrepeso es sólo una consecuencia.
Las repercusiones de crecer con sobrepeso son enormes. Jóvenes que temen el rechazo y no se relacionan con el sexo opuesto, adultos que se sienten poco valorados o incluso rechazados. No es raro que lleguen a la consulta buscando apoyo para bajar de peso y aparecen heridas y penas que arrastran desde la infancia o adolescencia y que les hace difícil tener éxito.
Comprender que no sólo es una cuestión de voluntad y que quienes han crecido con sobrepeso enfrentan algo más que un cambio de hábitos es clave para que logren lo que se proponen.
Más allá de que sea un problema que obedece a una multiplicidad de causas encontramos importantes elementos psicológicos que mantienen el problema. Para bajar de peso hay algunas estrategias bastante populares que ayudan a lograr este objetivo, como visualizarse delgados, agregar nuevas actividades para enfrentar la ansiedad, apoyarse con otros que persiguen lo mismo, pero por lo general, sólo sirven para aquellos que quieren bajar pocos kilos. Quienes realmente tienen sobrepeso presentan muchas veces dificultades más importantes, que requieren otro tipo de tratamiento.
¿Qué hace difícil bajar de peso? Un tema frecuente en la dificultad de bajar de peso es el compromiso de la identidad corporal que se da en este proceso.
De este modo muchas veces recuperan los kilos perdidos y continúan anhelando la figura ideal.
Muchas de las personas que han tenido sobrepeso desde pequeñas, han construido una imagen de sí mismas que les permite enfrentarse al mundo con auto aceptación y e inconscientemente, como forma de autoprotección, algunos han tildado a los flacos de aburridos, superficiales, pretenciosos, etc. Entonces, cuando bajan de peso, por una parte no se reconocen en su nueva imagen y por otra, se sienten traicionando su identidad y cayendo en la categoría que antes desacreditaron. Esto es paradójico ya que era el fin perseguido.
A las personas que siempre han sido delgadas y suben de peso, les sucede lo contrario: No se sienten identificadas con su imagen en el espejo y les cuesta menos mentalizarse para tener éxito en un régimen.
Es fundamental que en la medida que van bajando de peso, vayan reestructurando su imagen corporal y su identidad y desarrollen nuevas destrezas sociales dado que enfrentaran nuevos desafíos en esta área.
Quienes enfrentan el problema de la obesidad, pueden beneficiarse al recibir apoyo psicológico para reflexionar sobre los aspectos centrales de su identidad y de ese modo no hacerse zancadillas en la meta que tienen por delante.
Bajar de peso por inducción de terceros Cuando no se está realmente convencido de este objetivo y la razón es debido a la presión de otros –marido, señora, hijos, padres-, no tiene un mayor sentido dado que la dieta se mantiene únicamente delante de la familia pero comen a escondidas. En estos casos, aparte de no conseguir el objetivo, sienten una gran rabia interna por no sentirse aceptados tal como son.
Antes de adentrarse en la misión de bajar de peso es importante plantearse las razones que lo llevan a perseguir este objetivo.
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